En el entorno actual marcado por la pandemia de COVID-19, Ernesto Díaz-Bastien aboga por un papel más prominente de la abogacía en la formulación de medidas legislativas. Subraya cómo la gestión de la crisis ha revelado una tensión creciente entre las libertades individuales y las restricciones impuestas por los gobiernos, cuestionando la duración de los estados de alarma y las batallas legales surgidas entre diferentes niveles de gobierno y los tribunales.
Díaz-Bastien critica la falta de influencia real de las organizaciones profesionales de abogados en el inicio del proceso legislativo, lo que podría evitar numerosos problemas al incorporar una visión más amplia sobre las garantías de derechos y el control del poder público. Argumenta que la experiencia y el conocimiento de los abogados sobre las dinámicas sociales y legales podrían contribuir significativamente a la elaboración de leyes más equitativas y efectivas.
La entrada sugiere que, en España, la voz de los abogados no se escucha con la atención que merece por parte de las instituciones estatales. Díaz-Bastien llama a un cambio en esta percepción, proponiendo que se valore y respete más la aportación de la abogacía en el proceso legislativo, para mejorar las respuestas legales a la pandemia y fortalecer el sistema democrático.